El despertar
Los Famas se levantan inmediatamente después de apagar el despertador que suena a las siete de la mañana. Vestido con su siempre planchada y limpia prenda de dormir, se levanta rápida pero prolijamente para no tropezarse, mete sus pies en sus esponjosas pantuflas ubicadas al pie de la cama con una prolijidad impecable.
Luego de ponerse las pantuflas, arma la cama de forma tal que al tirar una moneda rebote a una altura de veinte centímetros exactos en cada centímetro cuadrado de la cama. Después, se dirige a su guardarropas siempre ordenado y se pone ropa cómoda pero presentable. Antes de dejar el cuarto mira minuciosamente cada rincón cuando se asegura de que todo esta bien, deja el cuarto cerrando la puerta delicadamente para que ni la mas mínima partícula de polvo se levante dentro del cuarto.
El Cronopio, justo después de que suena el despertador, intenta no abrir los ojos para no perder el sueño. Trata de apagarlo, pero le es imposible debido al terrible desorden. Cuando da con el. La mano advierte una textura rara porque esta envuelto en una cascara de banana. Dentro del bolsillo de un pantalón que había dejado caer dentro del tacho de basura. Apaga el despertador con una felicidad inexplicable ya que lo había logrado sin abrir los ojos.
Suelta el despertador, la banana y el despertador, y se acuesta sobre un pilón de ropa que se encuentra en el medio del cuarto. Después de horas reconfortables de sueño, el Cronopio se levanta, busca un pantalón y una remera del medio de la pila de ropa porque es la que esta mas planchada y calentita. Antes de dejar el cuarto, mira muy minuciosamente hasta encontrar la pizza que había dejado la noche anterior, la come y se va tranquilamente a disfrutar de un nuevo día.
Luego de ponerse las pantuflas, arma la cama de forma tal que al tirar una moneda rebote a una altura de veinte centímetros exactos en cada centímetro cuadrado de la cama. Después, se dirige a su guardarropas siempre ordenado y se pone ropa cómoda pero presentable. Antes de dejar el cuarto mira minuciosamente cada rincón cuando se asegura de que todo esta bien, deja el cuarto cerrando la puerta delicadamente para que ni la mas mínima partícula de polvo se levante dentro del cuarto.
El Cronopio, justo después de que suena el despertador, intenta no abrir los ojos para no perder el sueño. Trata de apagarlo, pero le es imposible debido al terrible desorden. Cuando da con el. La mano advierte una textura rara porque esta envuelto en una cascara de banana. Dentro del bolsillo de un pantalón que había dejado caer dentro del tacho de basura. Apaga el despertador con una felicidad inexplicable ya que lo había logrado sin abrir los ojos.
Suelta el despertador, la banana y el despertador, y se acuesta sobre un pilón de ropa que se encuentra en el medio del cuarto. Después de horas reconfortables de sueño, el Cronopio se levanta, busca un pantalón y una remera del medio de la pila de ropa porque es la que esta mas planchada y calentita. Antes de dejar el cuarto, mira muy minuciosamente hasta encontrar la pizza que había dejado la noche anterior, la come y se va tranquilamente a disfrutar de un nuevo día.
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